Por Cote Cancino Andreo Licenciada en Ciencia Política y Relaciones Internacionales
Últimamente hemos visto, escuchado y leído en la prensa, que la Alianza por el Cambio y su Presidente electo, Sebastián Piñera, están pidiendo a la Concertación llevar a cabo la política de los acuerdos, en dónde las decisiones serían pactadas por ambas coaliciones y de esta forma, se lograría mayor gobernabilidad política, lo que llevaría a una estabilidad sistémica.
Pero cabe preguntarse ¿realmente la ciudadanía estaría dispuesta en aceptar un acuerdo de este tipo?.
No se debe olvidar que en muchos países europeos, estos lazos se establecen entre el partido del Primer Ministro y el partido de la oposición, o en el caso de Estados Unidos entre el Partido Republicano y el Partido Demócrata.
Por lo mismo, cabe cuestionar si esta lógica podría lograr implementarse en Chile. Personalmente creo que sería una irresponsabilidad política, ética y moral por parte de la concertación aceptar un tipo de propuesta así. En primer lugar, no se puede seguir pactando con una coalición (que solo cambio el nombre en el 90’) que avaló un sistema autoritario y que aún, dentro de nuestra Constitución política existen cláusulas y decretos que son imposibles de eliminar sin un quórum calificado. En segundo lugar, no se podría establecer una política de acuerdos debido a que en este momento la concertación debe reinventarse, cambiar rostros, insertar nuevas generaciones y sobre todo lograr ser una oposición estable, dura y firme frente al nuevo gobierno.
En tercer lugar, no se puede confundir la labor de Juan Gabriel Valdez en Haití y la reelección de Insulza en la OEA, pues estos son temas de Estado, no de Gobierno; aunque si dejo la duda a la continuidad de otros personeros políticos que pretenden seguir en sus puestos de gobierno si así el mandatario electo lo considera. Firmemente, creo que vienen momentos complicados, cambios demasiado bruscos para el porvenir de la sociedad, y por lo mismo creo que como oposición (incluyo a la concertación y todos las demás personas que no se sienten identificados con la derecha) la labor de nosotros ahora no es lograr pactos y acuerdos de gobernabilidad, sino demostrar y diferenciarnos de la Alianza, demostrar a esa población que voto por Piñera, que el umbral entre derecha, centro e izquierda si existe, y que un país no se construye con un Presidente con dinero, sino con intenciones de gobernar un país en pro y para la sociedad. Si quiere compararlo, recomiendo ver el caso de Silvio Berlusconi de Italia.
Pero cabe preguntarse ¿realmente la ciudadanía estaría dispuesta en aceptar un acuerdo de este tipo?.
No se debe olvidar que en muchos países europeos, estos lazos se establecen entre el partido del Primer Ministro y el partido de la oposición, o en el caso de Estados Unidos entre el Partido Republicano y el Partido Demócrata.
Por lo mismo, cabe cuestionar si esta lógica podría lograr implementarse en Chile. Personalmente creo que sería una irresponsabilidad política, ética y moral por parte de la concertación aceptar un tipo de propuesta así. En primer lugar, no se puede seguir pactando con una coalición (que solo cambio el nombre en el 90’) que avaló un sistema autoritario y que aún, dentro de nuestra Constitución política existen cláusulas y decretos que son imposibles de eliminar sin un quórum calificado. En segundo lugar, no se podría establecer una política de acuerdos debido a que en este momento la concertación debe reinventarse, cambiar rostros, insertar nuevas generaciones y sobre todo lograr ser una oposición estable, dura y firme frente al nuevo gobierno.
En tercer lugar, no se puede confundir la labor de Juan Gabriel Valdez en Haití y la reelección de Insulza en la OEA, pues estos son temas de Estado, no de Gobierno; aunque si dejo la duda a la continuidad de otros personeros políticos que pretenden seguir en sus puestos de gobierno si así el mandatario electo lo considera. Firmemente, creo que vienen momentos complicados, cambios demasiado bruscos para el porvenir de la sociedad, y por lo mismo creo que como oposición (incluyo a la concertación y todos las demás personas que no se sienten identificados con la derecha) la labor de nosotros ahora no es lograr pactos y acuerdos de gobernabilidad, sino demostrar y diferenciarnos de la Alianza, demostrar a esa población que voto por Piñera, que el umbral entre derecha, centro e izquierda si existe, y que un país no se construye con un Presidente con dinero, sino con intenciones de gobernar un país en pro y para la sociedad. Si quiere compararlo, recomiendo ver el caso de Silvio Berlusconi de Italia.
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