domingo, 5 de octubre de 2008

A 50 años de una Elección

Por Freddy Torres O.

Fue en 1958 la última vez que la derecha política en nuestro país logró el poder por la vía democrática. Jorge Alessandri Rodríguez “El Paleta”lograba la primera magistratura de la nación. Son 50 años que la derecha no ostenta el poder popular. Ahora se dice que podrían acceder al ansiado poder en la figura de Sebastián Piñera, que premunido de auspiciosas encuestas se ve con la banda presidencial reluciente en el pecho.

¿Sera posible que Ta – Tán logre romper la sequía de presidentes de derecha en La Moneda? Eso habría que preguntárselo a la Concertación porque el conglomerado oficialista es experto en materias electorales. De hecho, han ganado todas las elecciones de la llamada “vuelta a la democracia”. Todas... pero ¿y esta última?

Las personas con materia gris en la Concertación desde ya están preparando o escogiendo a la mejor persona para enfrentar al líder derechista. Esa persona debe encarnar lo mejor del sentir de la comunidad, que ya no siente asco por dar su voto a quien algún tiempo atrás era un socio y sustento de la dictadura de Pinochet. Así las cosas, la mano viene por el lado de la Democracia Cristiana, porque sería el único partido que puede dar el nombre de la persona que puede restarle votos a Piñera.

Ahora bien, el problema de Piñera está en mantener la intención de voto que ostenta hoy día a más de un año de las presidenciales. De no poder mantener esas preferencias estaríamos en presencia del “Síndrome Lavin”, es decir en los momentos precisos de la votación se desinfla y pierde sin pena ni gloria.

Una cosa es clara Piñera no es Lavín, por algo es el millonario que es, porque es despiadado al momento de los negocios. Las grandes dudas van por esta orientación, o sea que tan buen presidente podría ser un buen empresario y viceversa. ¿podrá arreglar los problemas que la Concertación no ha podido solucionar en todos estos años? ¿la derecha será buen conglomerado gobernante, si sus lideres no se ponen de acuerdo a veces en cosas insignificantes? Y donde quiero recalcar mi mayor preocupación es en la siguiente pregunta: ¿podrá gobernar la derecha ahora que ya no tiene a Pinochet como santo guardián y benefactor?

Para bien del país espero que esto no sea más que un mero trámite, total el sistema binominal ha hecho justamente eso: equiparar ambas partes en un todo único, deforme, negro y confuso, es decir una seudo democracia, para seudos políticos en un seudo país tercermundista llamado Chile.


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